¡Imagina un México renovado, limpio y más justo! El “Compromiso 2030 por una Transición Energética Justa” propone una ruta para lograr un mejor futuro energético.
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acerca de
¿Qué es el Capítulo México?
El Capítulo México es parte de la campaña global del Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles (TNPCF), el cual busca eliminar gradualmente los combustibles fósiles y lograr una transición energética justa.
Su misión es concientizar a la población mexicana sobre el impacto de los combustibles fósiles – petróleo, carbono y gas – en la salud, el medio ambiente, la economía y la estabilidad mundial, e impulsar las soluciones necesarias para un futuro sin combustibles fósiles.
El Capítulo México busca que distintos sectores de la sociedad y del gobierno reconozcan que la transición hacia el uso de energías limpias, la no proliferación de combustibles fósiles y el viraje hacia una economía baja en carbono deben ser una prioridad para los distintos niveles de gobierno, desde la presidencia de la República hasta los municipios. Más que nunca, la transición energética es una condición indispensable para la seguridad energética de México.
Se busca movilizar a diversos sectores de la población mexicana para lograr que la transiciónen justa y sostenible sea una prioridad, apartidista.
¡Es una campaña de movilización para despertar conciencias, motivar a la acción y demandar una transición!
El Capítulo México está hospedado en Sostenibilidad Global AC, una organización de la sociedad civil sin fines de lucro, que busca promover la acción y contribuir a una transformación hacia la sostenibilidad.
¿por qué?
Los combustibles fósiles – petróleo, carbón y gas – son el principal motor de la crisis climática actual que amenaza la vida de miles de personas en todo el mundo y la salud de nuestro planeta. A pesar de ello, muchos países, empresas y bancos siguen planeando, aprobando y financiando nuevos proyectos de combustibles fósiles.
El Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles (TNPCF) es un llamado a eliminar gradualmente la producción actual a nivel mundial y promover soluciones reales para una transición justa hacia energías limpias a nivel mundial. Esto debe hacerse teniendo en cuenta las responsabilidades diferenciadas de los países y sus capacidades de transición.
Necesitamos un mecanismo internacional que complemente el Acuerdo de París, donde se prohíba explícitamente la no proliferación y reducción del uso de los combustibles fósiles, ya que estos representan una amenaza a la existencia de la humanidad. La no proliferación de estos combustibles es indispensable para abordar explícitamente la causa fundamental de la crisis climática.
El TNPCF representa una esperanza real para un futuro más seguro y sostenible para todas las personas en el planeta, y ha sido respaldado por diversas comunidades indígenas, naciones insulares del Pacífico, científicos, Premios Nobel y organizaciones civiles alrededor del mundo.
Como ocurre con los países altamente dependientes de combustibles fósiles, México enfrenta grandes retos en el sector energético. Por un lado, debe gestionar de forma más efectiva sus recursos energéticos para satisfacer la creciente demanda, y por otro, debe transitar a patrones energéticos más sostenibles y garantizar energías limpias a un costo competitivo sin dejar a nadie atrás.
Estas tensiones se agravan en el contexto de una mala gestión de los ingresos petroleros y un sector energético fuertemente subsidiado. México depende cada vez más de las importaciones de estos combustibles, con lo que enfrenta el riesgo de las alteraciones en los precios de dichos combustibles, agravando la inseguridad energética. A esto se suma un marco regulatorio débil y una política que desalienta la inversión en tecnologías limpias. Al mismo tiempo, México es uno de los diez países más expuestos, vulnerables y con menor capacidad de adaptación a los impactos del cambio climático y vive algún grado de pobreza energética.
Atender estos retos requiere cambios fundamentales en el sistema energético mexicano. El primer paso es comprometerse a diversificar sus fuentes energéticas a través las energías renovables, apostar a la eficiencia energética, incluyendo en la producción de petróleo y gas (para reducir las emisiones de metano), transitar hacia la electrificación del transporte, destinar la producción menguante de petróleo a sectores como la petroquímica, así como reducir importación y el consumo de combustibles fósiles para afrontar la baja en la demanda prevista a nivel mundial y su posible pérdida de competitividad e influencia global.
México está en un momento clave para desarrollar una nueva política energética mediante una transición energética planeada e incluyente
Miembros
La campaña global del Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles está formada por una gran red: