- Expansión ESG
- 7 Mayo, 2025
- Autor: Dra. Isabel Studer Noguez
En un mundo marcado por la volatilidad geopolítica y la urgencia climática, la transición energética se presenta como una estrategia esencial para alcanzar la independencia energética y fortalecer la seguridad nacional. México, al depender en gran medida de importaciones de combustibles fósiles, enfrenta desafíos significativos que requieren una transformación profunda de su matriz energética.
La dependencia energética de México
Actualmente, más del 75% de la población mundial vive en países que dependen de importaciones de combustibles fósiles, y México no es la excepción. El país importa más del 70% del gas natural que consume y más del 50% de las gasolinas y diésel, principalmente de Estados Unidos. Esta dependencia no solo representa un riesgo económico, sino también geopolítico y ambiental.
Contradicciones en el Plan Nacional de Desarrollo
El Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2025–2030 reconoce la necesidad de reducir la dependencia energética y aumentar la generación con fuentes limpias. Sin embargo, simultáneamente propone mantener una producción petrolera de 1.8 millones de barriles diarios y expandir refinerías, perpetuando el modelo basado en hidrocarburos del que se pretende salir. Además, no establece metas claras para reducir el uso de combustibles fósiles ni impone condicionalidades climáticas a las empresas del Estado.
La estrategia Electrotech: una alternativa viable
Frente a este dilema, el informe Energy Security in an Insecure World de Ember propone la estrategia Electrotech, basada en tres palancas tecnológicas: vehículos eléctricos, bombas de calor y energías renovables. Esta estrategia podría reducir las importaciones netas de fósiles en un 70% y ahorrar 1.3 billones de dólares por año. Electrificar el transporte, la calefacción y la industria no solo reduce emisiones, sino que disminuye la exposición a precios globales volátiles y fortalece la independencia energética.
Un llamado a la acción
Para que México avance hacia una verdadera independencia energética, es fundamental adoptar políticas públicas que prioricen la electrificación y el uso de energías renovables. Esto implica establecer metas claras de reducción de combustibles fósiles, incentivar la inversión en tecnologías limpias y garantizar que las empresas del Estado alineen sus operaciones con los objetivos climáticos.
La transición energética no es solo una cuestión ambiental, sino una estrategia integral para asegurar un futuro sostenible, justo y soberano para México.
